Proceso de salazón y fileteado. Conservas Ortiz.
Artesanalmente. Con sal, tiempo y mucha paciencia. Trabajando su sabor durante seis meses. Fileteándolas y envasándolas a mano. Una a una.
La pesca en costera:
En Conservas Ortiz pescamos las anchoas durante la costera de primavera. La costera es el momento del año en el que la anchoa se encuentra en su punto perfecto: tiene una textura firme, un tamaño adecuado y un color y sabor únicos. Durante este periodo de tiempo las cualidades organolépticas de la anchoa son óptimas, y de este modo garantizamos un sabor auténtico característico de nuestras conservas.
El proceso de salazón:
Nuestro proceso de preparación es totalmente natural y artesanal y está basado en técnicas tradicionales cuyo origen se remonta a más de 100 años atrás.
Las anchoas frescas, una vez descabezadas y evisceradas, se colocan en capas separadas por sal y se dejan madurar en barriles durante un mínimo de 6 meses hasta alcanzar su maduración óptima. Este proceso otorga a las anchoas su sabor tan característico e intenso.
Al igual que en el vino, los quesos y el jamón, el tiempo de maduración en bodega es uno de los factores clave para lograr un gran aroma, sabor intenso y la textura carnosa de la anchoa.
El proceso de fileteado:
Una vez transcurrido el periodo de maduración en bodega, manos expertas filetean cuidadosamente la anchoa, con navaja, una a una.
Las anchoas se abren por la mitad, se les retira la cola y se procede a la limpieza de las espinas. Gracias a esta esmerada elaboración conseguimos unas anchoas con una carne compacta y un sabor intenso. El resultado es un manjar exquisito, de intenso aroma, textura carnosa y un sabor inconfundible.
Una vez abierto el tarro o la lata de anchoas se recomienda que las anchoas restantes queden completamente sumergidas en el aceite para mantener su calidad.